domingo, 15 de julio de 2012

BLOODBATH - "The Fathomless Mastery": Una vuelta a lo grande


BLOODBATH ha vuelto, y lo hace por la puerta grande y más fieros que nunca. El todavía reciente EP “Unblessing The Purity” y la edición en DVD y CD de su concierto en Wacken, nos volvieron a levantar el hambre por nuevo material de la banda sueca y aquí lo tenemos, “The Fathomless Mastery”, un disco hecho en homenaje al Death Metal de los noventa y para los fans de este estilo en su estado más puro y primigenio, y en donde se nota que BLOODBATH ya es una banda en toda regla y no sólo un proyecto donde Akerfeldt, Renske, Nyström y compañía dejan fluir sus apetencias más agresivas y extremas.

Y es que BLOODBATH suena en “The Fathomless Mastery” como un grupo de la vieja guardia, gracias a una producción orgánica, de guitarras sucias y oscuridad a raudales, menos “carnívora” que en entregas precedentes, pero igual de diabólica y espeluznante. Como Akerfeldt dice, BLOODBATH nace para reflejar la elite del Death Metal sueco, y no cabe duda de que lo consiguen: GRAVE, DISMEMBER, los primeros HYPOCRISY y ENTOMBED, GROTESQUE, VOMITORY, UNLEASHED... todo está aquí metido y bien batido para que todos los fanáticos del estilo no dejen de hacer headbanging. La breve historia de la banda en lo que a discos se refiere, pero ya larga en duración (se cumplen diez años desde su fundación), nos ha regalado momentos como el de su grandísimo primer EP, “Breeding Death” o su glorioso debut, “Resurrection Through The Carnage”, uno de los discos que el que suscribe más habrá escuchado en toda su vida. En ambos discos la inconfundible voz gutural de Mikael Akerfeldt ponía la sangre a un grupo bien construido, nada original, pero cargado de la calidad de los miembros que conformaban este supergrupo. “Nightmares Made Flesh” continuaba el legado con un Tägtgren a la voz que cumplía notablemente con solventar la baja de Akerfeldt, pero se echaba de menos la voz aspirada del frontman de OPETH. Y aquí por fin tenemos la continuación de la historia y nuevamente con Akerfeldt al frente.

¿Qué nos ofrece “The Fathomless Mastery”? Una vuelta de tuerca más, un descenso aún más profundo a los abismos y un trabajo de composición más personal y engrasado. Hasta ahora BLOODBATH dejaba fluir totalmente sus influencias, no ocultadas, pues para eso había nacido, pero en este nuevo disco puede presumir de tener una personalidad propia que va más allá del mero homenaje. Y esta personalidad viene de dos elementos: las guitarras siguen escupiendo riffs de la escuela de Estocolmo, herederos de DISMEMBER, pero ahora las melodías son más oscuras y variadas, por momentos gélidas y rozando la rabia del Black Metal (se nota la incorporación de Per Eriksson y el hecho de que Nyström tiene una raíz mucho más oscura que el resto de miembros del grupo), pero todo esto sin perder el norte original de la música de BLOODBATH. El otro elemento es la propia voz de Akerfeldt, que en este disco usa sus registros más guturales, y no me refiero a la voz oscura que usa en OPETH, sino que la entonación de Mikael llega a registros que aún no se le habían oído hasta el momento. Ambos ingredientes conforman el paso adelante de BLOODBATH y convierten a “The Fathomless Mastery” en el disco más compacto y completo de la banda hasta el momento.

El resto sigue siendo igual, lo cual es todo un halago para BLOODBATH: ritmos manidos pero con efectividad absoluta y riffs para no parar de mover el cuello, haciendo que la parte rítmica de “The Fathomless Mastery” sea tan exuberante como genial. Desde el brutal inicio de “At The Behest Of Their Death”, es imposible no parar de mover la cabeza, y menos cuando la velocidad absolutamente descomunal del inicio “Process Of Disillumination” se enlaza con la anterior y se nos clavan sus riffs en nuestras maltrechas sienes. Para que no decaiga la fiesta “Slaughtering The Will To Live” mantiene el pie pisado en el acelerador, aunque con una parte central cargada de groove, y nos ofrece alguno de los gruñidos más inhumanos de Akerfeldt. No todo iba a ser velocidad, y para recordarnos que en el Death Metal hay lugar para los medios tiempos pegadizos la mórbida “Mock The Cross” hace su aparición, con un puente al más puro estilo GRAVE. El ecuador se alcanza con “Treasonous”, precedida del final fúnebre de “Mock The Cross”, y que ofrece la cara más oscura de BLOODBATH en este trabajo, con riffs que rozan el Black Metal y que se combinan con partes más groovies y donde las guitarras se tornan gruesas y correosas.

La segunda parte del plástico se inicia con “Iesous”, un tema rítmico y pegadizo que tiene una estructura menos convencional que lo expuesto hasta este momento, sorprendiendo con cambios de ritmo y riffs entrecortados y un Akerfeldt que nuevamente está irreconocible, afinando en el subsuelo de su tono de voz. “Drink From The Cup Of Heresy”, por su parte, recupera la excitación de los primeros temas, a piñón fijo, mientras que “Devouring The Feeble”, vuelve al medio tiempo cargado de groove y contundencia. Acercándonos al final, llega uno de los momentos más espeluznantes del disco, “Earthrot”, cuyo estándar inicio no nos permite adivinar su fantasmagórico final, absolutamente extasiante justo antes de volver a desatar la tormenta de decibelios del inicio del tema. Sin tiempo para recuperarnos, el groove asesino y los solos de “Hades Rising” harán que nuestra sangre, que se había quedado helada, fluya con calor y fuerza por nuestras venas y ya en el cierre, la Thrasher “Wretched Human Mirror” nos levantará del asiento y terminará de manera apoteósica el trabajo.

Levantad vuestras copas en honor a los gloriosos primeros años noventa, cuando el Death Metal en Estocolmo creaba escuela y hacía mover las melenas de unos cuantos afortunados que vivieron el nacimiento de un estilo tan único como especial. BLOODBATH reivindica esta época, reivindica este pasado, reivindica su propia historia, pues todos los miembros de BLOODBATH han sido testigos del crecimiento del género y de esa época que ahora rememoran. “The Fathomless Mastery” es un ejercicio de homenaje pero también de genialidad, algo que con la calidad de todos y cada uno de los que forman BLOODBATH se sabe de antemano. Uno de los lanzamientos del año sin duda.

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)

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